sábado, 1 de febrero de 2014

En 14 de febrero

Despiertas, porque tu reloj despertador suena con esa canción que tanto te gusta y sabes que es viernes, mueres por empezar tu día, no tienes grandes cosas planeadas pero estas ansiosa por comenzar, los mensajes en tu celular siempre llegan desde la mañana, tu celular jamás para de sonar.

Bajas y no estás decidida, no tienes por qué estarlo, hoy no; la plática es casual mientras piensas en lo rápido que pasa el tiempo, y aunque ya terminó el invierno, dices “lo prefiero”. Cada vez que te lo pide el cuerpo sonríes, porque es viernes, porque es 14 de febrero.

Abres tu puerta y subes a tu carro, no tienes dirección fija ni pendientes, solo ansiedad. Te da miedo asumir que solo es un poco, que no pasa nada, que lo que duele en el centro y nunca para es el viento que te pega en la cara, que sientes no poder aguantar la mirada. Hoy lo intentas, sabes que las cosas cambiaron, desde los versos hasta las caras.

Es fácil tener la certeza de que tal vez los demás no aprueben esto, ellos juzgan de egoísmo y ¿quién eres tú para contradecirlos?, hacer lo que más quieres jamás es una opción. Vivimos una realidad cortada especialmente para nosotros, a donde ir, con quien hablar. Quien es libre es peligroso.


Regresas a tu casa, subes las escaleras, no sé cuánto tiempo has estado fuera pero sientes una enorme sed 

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