domingo, 28 de agosto de 2011

domingo

Robándome frases o mejor dicho una idea de una frase que viene de una muy mala película quiero empezar este pensamiento diciendo que no existe nada mejor en una relación física y/o sentimental que el comienzo, la persecución, la cacería, el cortejo o como quieran llamarle, solo por hoy yo le llamare la odisea de la conquista.

Evidentemente no soy un experto en la materia, y solamente puedo hablar de mis vivencias, o de las situaciones que he llegado a vivir que me han llevado a crear una serie de hipótesis donde expreso que la sensación de ser aceptado por primera vez después de haber tenido una pequeña serie de intentos fallidos es la mejor clase de éxito conocido por la humanidad a la fecha.

El primer si, sobre todo después de varias negativas se siente algo muy similar al éxito que un alpinista vive al momento de conquistar la cima de su primera montaña, tantas veces se arrepintió, el tener la constante sensación de querer regresar y de creer que llegar era imposible, vencer todos los obstáculos posibles para después voltear atrás y ver que finalmente la montaña se venció y admitió a este pequeño ser alzarse en su máxima gloria, eso para mi es el primer si.

Esto no va desde el punto de vista de un hombre hacia una mujer, ya que esto puede funcionar de igual forma, el hombre y la mujer tienen interés el uno por el otro de igual forma y el hecho de no haber tenido las cosas entregadas de manera fácil da el placer del éxito en una manera exponencial.

Va del principio que no se puede valorar lo dulce sin antes haber probado lo amargo que la vida tiene para darnos, el hecho de haber sufrido aunque sea un poco nos permite apreciar lo que nos es realmente bueno. Por esta razón el tener que soportar un no de vez en cuanto no es razón suficiente para sentirnos mal, pues atrás de cada negativa existe un si, tal vez de alguien mas, pero mas fuerte , mas real y mucho mas dulce de aquella vez que te dijeron que no.

En esta idea corta quiero concluir con solamente un punto: No existe nada como el primer si, pero antes de llegar a el es mejor haber recibido un golpe de vez en cuando así cuando nos dejen entrar sepamos aprovechar lo bueno a través de lo malo.

lunes, 1 de agosto de 2011

Agosto

Nuevo día, he despertado por fin una nueva meta, un rayo de sol al final de un camino que aunque nunca fue turbio al final fue triste con un final solitario, así que por hoy no es necesario que me preguntes si estoy bien. Lo estoy.

Ya no es necesario saber como estas, que haces, que te hace feliz y como puedo involucrarme, pues estuvimos muchos días buscando una forma de querernos y la verdad es que me sangran los pies de tanto caminar sobre lo mismo.

Hare lo que nunca hiciste, pedir perdón; por todo el daño, por mi brusca personalidad, por desperdiciar las mil y un formas en las que trataste de quererme, las comparaciones entre quien odio y lo que hacías, por mentir, por no estar ahí, por no poder alcanzar a llevarte a un estado de ceguera por felicidad.

Si existe un ser supremo el sabe que todos los días trate de cualquier forma posible de hacerte sentir la mujer mas feliz del mundo, creo que solo un hombre real es capaz de reconocer que recibió una oportunidad y no supo aprovecharla. Mis maneras nunca han sido idóneas pero tampoco mal intencionadas.

Creo firmemente en que el sentimiento nunca muere, pero para bien o para mal ya se ha transformado, de ser una realidad latente a una hermosa pero ya distante memoria, fuiste de los mejores días de mi vida y eso tengo que reconocerlo.

Mucha gente piensa lo contrario, que no fuiste para mi, y momentos como hoy me dejan ver que tenían razón, pero no creo que sea por culpa tuya o por culpa mía, sino una conspiración del destino que jugo con tu incertidumbre y confusión y mi manera de hacer las cosas.

Nunca hablare de ti, del mal que me pudiste hacer sentir pues creo que inconscientemente no quiero manchar la memoria de los momentos hermosos que me hiciste vivir.

Hoy sigo pensando en ti pero como un recuerdo intocable, una memoria que llevo cerca de mi y de la cual aprendo todos los días a ser mejor para en algún momento alcanzar eso que por tanto tiempo busque contigo.